Moverse, comer bien, descansar… lo que alguna vez fue una práctica natural y placentera, hoy se ha convertido —para muchos— en una lista interminable de exigencias. La actividad física, en lugar de ser una fuente de bienestar, se convierte en una fuente de ansiedad cuando se entrena por obligación, por comparación o por culpa.
¿De verdad debemos entrenar con dolor? ¿Es saludable dormir mal por cumplir con una rutina? ¿Estamos glorificando el rendimiento por encima de la funcionalidad?
En esta reflexión profunda se cuestionan los mensajes extremos que dominan el mundo del fitness: desde la presión de hacer “más y más” hasta la creencia de que solo vale entrenar si se sufre. También se habla de cómo estas ideas excluyen a quienes más necesitan moverse: personas mayores, embarazadas, o simplemente quienes buscan sentirse bien.
🌟 Algunos puntos clave:
- Esto es disciplina o neurosis
- Escuchar al cuerpo es más poderoso que seguir al pie de la letra una rutina.
- El ego no entrenan contigo… pero muchas veces toma decisiones por ti.
- No todos los cuerpos necesitan lo mismo, ni todos los caminos conducen al rendimiento.
Si alguna vez te has sentido frustrado, agotado o desconectado de tu cuerpo mientras entrenas, esta conversación te ayudará a poner las cosas en perspectiva.
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